Santa Catalina Thomás, conocida popularmente como «La Beateta», a pesar de haber sido canonizada, nació en Valldemossa el 1 de mayo de 1531.
Cada casa de Valldemossa honra a la Beateta luciendo un azulejo en la entrada en el que está representada una escena de la vida de la primera santa mallorquina. También la Pureza recibe a todos haciendo honor a Catalina Thomás.
Muchos son los rincones de Valldemossa que remiten a ella: la fuente de la Beata, el Molinet y su casa natal, convertida en la capillita que se muestra en la imagen, ubicada cerca de la Iglesia parroquial de Sant Bartomeu. Todos son lugares de visita obligada. Las vistas que se contemplan desde el Molinet, después de caminar unos veinte minutos saliendo de la Casa de Espiritualidad, serenan el espíritu y elevan el corazón.
A los 21 años, después de superar no pocas dificultades, ingresó en el Convento de Santa Magdalena de Palma de la Orden de Canonesas Regulares de San Agustín. Falleció a los 43 años. Su cuerpo incorrupto se conserva en el convento de Palma, donde es extraordinariamente venerada por los mallorquines. Fue beatificada en 1792 y canonizada en 1930.